Madre de un hijo, podóloga, enfermera y antropóloga.
Mi hijo llegó en tiempo de Pandemia, en febrero de 2020.
A partir de ese momento, se descolocó todo lo que estaba colocado con pinzas, y cada día aprendo de y con él a cuidarlo y comprenderlo para cuidarme y comprenderme un poco más. Mi hijo, un gran maestro.
Estudié enfermería, podología, antropología y me doctoré en 2015. Me gusta el teatro, como espectadora y participante. Escribo poemas.
Mis andanzas por la podología pediátrica, o infantil, comenzaron en la Universidad, por el año 2007, con un proyecto llamado “Piezito y piezote van al podólogo” en el que gracias a dos marionetas-calcetines, conseguimos ganarnos a los pequeños de entre 4-8 años y realizar así cribados podológicos. A partir de ahí, cursé estudios de podología pediátrica, acudí a congresos y presenté alguna comunicación. Después mi camino profesional se centró de lleno en el mundo del pie diabético y heridas crónicas.
Cuando nació Martín, me llegó de nuevo la inspiración en el mundo de la podo pediatría, y estoy retomando mi faceta profesional cómo podóloga infantil, ahora con un extra, el de podo mamá.
Estar en la Tribu me da la oportunidad de aportar información y conocimiento a los padres y madres para ayudarles en la elección del zapato ideal en cada momento del desarrollo de su hij@, y así calzar con sentido común a l@s más pequeñ@s, además de compartir experiencia clínica y mucho más en cuanto al pie infantil.