Madre de tres niños que lo han cambiado todo. Logopeda de provincias y empollona.
De pequeña quería ser bailarina. O escritora. O profesora.
Así que hice filología hispánica, por lo de ser escritora, claro. Me fascinó el lenguaje y me pregunté cómo se generaría algo tan mágico y qué ocurriría si no salía bien. Y me hice logopeda. Después, varios posgrados en inteligencia emocional, coaching educativo y neuropsicología clínica. Pero como siempre veo patas cojas, estoy en un tris de terminar magisterio y psicología.
Como ves, soy inquieta. Disfruto trabajando en La Clínica del Lenguaje, mi propio gabinete, y desarrollando otros proyectos como el libro “Hacemos lo que podemos” o el álbum ilustrado “El cuento de la cuerda”.
Participo en investigaciones sobre lenguaje y aprendizaje, imparto formación en universidades, congresos y centros de profesorado y, en mis ratos libres, organizo congresos de educación.
Uno de los proyectos de los que me siento más orgullosa es de formar parte como embajadora en la Fundación Promete, dedicada al desarrollo del talento en niños y jóvenes.
Soy esa madre que a veces pierde los nervios y mete la pata pero que cada día se levanta con el firme propósito de hacerlo mejor.
He encontrado en los niños mis musas, ellos son los que me han enseñado casi todo lo que sé.
Es un honor formar parte de la tribu.
¡Os espero!